A inicios de la gripe A (conocida como AH1 N1) ya se preveía el alto grado de impacto que tendría sobre las poblaciones con dificultades en el acceso del servicio a la salud y a una información oportuna y adecuada para su prevención. La población indígena amazónica, es una población con mayor riesgo de contagio y con una alta probabilidad de expansión a gran escala.
En los años 80, se conoció la noticia desde Colombia sobre el caso de los Nukak Maku, un pueblo indígena nómada que se encontraba en situación de aislamiento voluntario y se vio forzado a relacionarse e interactuar por una epidemia de gripa. Posterior, la epidemia de la fiebre y la malaria hizo que solo se encuentre la mitad de la tribu con vida desde que fueron contactados en 1988 y en el año 2006, solo se contaba a 500 nukak con vida.[1]
En el Perú, se han conocido casos bastante parecidos a los Nukak Maku, primeramente, la malaria y la fiebre abatieron muchos pueblos indígenas durante la etapa de la colonización en que recién iniciaban su interacción con la sociedad occidental, posterior y actualmente, son la tuberculosis, la neumonía, las enfermedades de transmisión sexual y el VIH SIDA los principales epidemias que afectan a un gran número de indígenas en el Perú que ya se encuentren en permanente dialogo e interacción con los centros urbanos y rurales.
Justamente, los pueblos indígenas ubicados en la amazonia se encuentran en estado de mayor exposición y amenaza para el desarrollo de la pandemia y lo registrado en Concepción[2] debería concentrar nuestra mayor preocupación por la salud de las culturas vivas de nuestro país y por el reconocimiento de condiciones y escenarios más susceptibles de contagio por sus diferencias socioeconómicas y culturales.
Tal situación, es vigente y comprendida por los principales espacios de poder en el mundo, así, en conmemoración del día internacional de los Pueblos Indígenas, el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D´Escoto Brockmann, exhortó a los gobiernos a concentrar los esfuerzos en proteger la salud indígena y explico la importancia de valorar su sistema de salud “los pueblos indígenas tienen una perspectiva holística de la salud, que incluye las dimensiones física, social, mental, emocional y espiritual.”
Por último, la gripe A, es una amenaza latente que debería ocupar las principales acciones del sector salud y posibilitar la articulación de los diversos niveles de gobierno con la ciudadanía, puesto que, la pandemia ha demostrado nuestras falencias y mínimas condiciones de respuesta ante situaciones críticas[3] pero si la destacada creatividad y eficiente capital humano del sector salud por atender tal emergencia y el nivel de generación de sinergias y alianzas en los diversos ámbitos por un mismo objetivo, la salud de todos los humanos.
[1] Fuente: http://www.survival.es/noticias/1891
[2] Siete miembros del pueblo indígena Matsiguenga se encuentran contagiados de la gripe A (AH1N1).12 de Agosto de 2009. Fuente Servindi: http://www.servindi.org/actualidad/15255
[3] El sexto país en América con índice de contagio de la gripe A
En los años 80, se conoció la noticia desde Colombia sobre el caso de los Nukak Maku, un pueblo indígena nómada que se encontraba en situación de aislamiento voluntario y se vio forzado a relacionarse e interactuar por una epidemia de gripa. Posterior, la epidemia de la fiebre y la malaria hizo que solo se encuentre la mitad de la tribu con vida desde que fueron contactados en 1988 y en el año 2006, solo se contaba a 500 nukak con vida.[1]
En el Perú, se han conocido casos bastante parecidos a los Nukak Maku, primeramente, la malaria y la fiebre abatieron muchos pueblos indígenas durante la etapa de la colonización en que recién iniciaban su interacción con la sociedad occidental, posterior y actualmente, son la tuberculosis, la neumonía, las enfermedades de transmisión sexual y el VIH SIDA los principales epidemias que afectan a un gran número de indígenas en el Perú que ya se encuentren en permanente dialogo e interacción con los centros urbanos y rurales.
Justamente, los pueblos indígenas ubicados en la amazonia se encuentran en estado de mayor exposición y amenaza para el desarrollo de la pandemia y lo registrado en Concepción[2] debería concentrar nuestra mayor preocupación por la salud de las culturas vivas de nuestro país y por el reconocimiento de condiciones y escenarios más susceptibles de contagio por sus diferencias socioeconómicas y culturales.
Tal situación, es vigente y comprendida por los principales espacios de poder en el mundo, así, en conmemoración del día internacional de los Pueblos Indígenas, el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D´Escoto Brockmann, exhortó a los gobiernos a concentrar los esfuerzos en proteger la salud indígena y explico la importancia de valorar su sistema de salud “los pueblos indígenas tienen una perspectiva holística de la salud, que incluye las dimensiones física, social, mental, emocional y espiritual.”
Por último, la gripe A, es una amenaza latente que debería ocupar las principales acciones del sector salud y posibilitar la articulación de los diversos niveles de gobierno con la ciudadanía, puesto que, la pandemia ha demostrado nuestras falencias y mínimas condiciones de respuesta ante situaciones críticas[3] pero si la destacada creatividad y eficiente capital humano del sector salud por atender tal emergencia y el nivel de generación de sinergias y alianzas en los diversos ámbitos por un mismo objetivo, la salud de todos los humanos.
[1] Fuente: http://www.survival.es/noticias/1891
[2] Siete miembros del pueblo indígena Matsiguenga se encuentran contagiados de la gripe A (AH1N1).12 de Agosto de 2009. Fuente Servindi: http://www.servindi.org/actualidad/15255
[3] El sexto país en América con índice de contagio de la gripe A
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